jueves, 7 de mayo de 2009

EJERCICIO Nº4: Moneda

OBJETIVOS A CUMPLIR:

Elaboración de una moneda de metal, a partir de un método tradicional de fabricación a partir de un molde.


PRINCIPALES PASOS:

- Fabricación del molde de escayola.
- Tratamiento del molde de escayola.
- Grabado de la imagen deseada en la moneda.
- Fabricación de la moneda.


DESARROLLO

La fabricación del mode de escayola, se divide en dos partes, una por cada tapa.

Se elabora la primera, a partir de un muro de contención de barro, sobre una superficie lisa, plana y horizontal, sobre la que se vierte una masa de escayola (para conocer su elaboración, véase Elaboración de la escayola).
El resultado será una placa (1) de entre 2 y 3 dedos de grosor. Debe ser gruesa para aguantar la dilatación del metal en el interior y que no se quiebre. Para eso debemos asegurarnos que se elabora correctamente la mezcla de la escayola, que no quede muerta.

Una vez tenemos la primera placa, debemos tallar en ella tres huecos en forma triangular o trapezoidal, que producirán un positivo en la placa posterior, que harán que coincidan las partes simétricas en una y en otra (2).
También se debe marcar las otras partes relacionadas con la moneda: en el centro, de un diámetro de una moneda de dos euros, marcaremos con un lápiz o un punzón el círculo que contendrá nuestra moneda (5); con forma de embudo, marcaremos también el bebedero (3), por donde se verterá el metal, que deberá llevar una progresión desde el círculo de la moneda hasta el exterior; y por último las salidas de aire (4), que irán desde la parte superior del círculo de la moneda, a los lados del bebedero. Un sencillo trazo por donde escapará el aire y que permitirá que el hueco donde irá el metal se llene por completo y no deje burbujas de aire.

Una vez hecho esto, hacemos un positivo de esta placa, que formará la otra que necesitamos y donde quedarán plasmados tanto las llaves como las estructuras anteriormente explicadas.
Para ello, formamos un muro de contención con barro, aplicamos el desmoldeante (importante para que no se adhieran una parte de la escayola a otra).
Una vez seco, se retira el muro de contención y se separa con la ayuda de un formón y un martillo, teniendo cuidado de no fracturar ninguna de las llaves. Si se hace correctamente, ya tendremos las dos partes del molde en las que ya sólo nos quedará tallar lo que será la moneda, el bebedero, y marcar bien las salidas de aire.

Para el hueco de la moneda, procuraremos que tengan el mismo diámetro en las dos tapas, ayudándonos de los patrones que anteriormente marcamos (en uno será negativo y otro positivo).
El bebedero, como ya se dijo, será en forma de embudo, con sección todo lo circular o elíptico posible con el fin de que el metal cuele bien. Debemos tener en cuenta que el canal que comunique con el hueco de la moneda, sea más alto que el mismo hueco, ya que no debe haber nada que impida el paso del metal puesto que saldría mal, porque el metal no llegaría correctamente.
Y por último, se deben marcar las salidas de aire en ambas placas, con el fin de la ventilación del hueco de la moneda, para que escape bien el aire.

Ya tenemos el molde de la moneda completo. Solo faltaría tallar el motivo que queremos que aparezca. Se debe tener en cuenta que deberá estar en negativo con el fin de su correcta reproducción en positivo (advertencia que se hizo varias veces, y que algunos ignoraron por completo).

En mi caso, mi motivo fueron dos iniciales (la M por un lado, que me serviría como posible firma si decidiera realizar más de un tipo de moneda; y la L por el otro, una L gótica, junto con una clave de Do).




FUNDICIÓN

El metal utilizado sería una aleación de zinc y estaño, en barras, muy maleable, con un punto de fusión muy bajo (505,08 K).

Para su tratamiento hasta convertirlo en una moneda utilizaremos:
1. Una fuente de calor (Campingaz).
2. Un cacillo para contener el metal.
3. Manta térmica.
4. Una goma fuerte (de cámara de bicicletas o semejante).
5. Grafito en polvo y alcohol de quemar (y un pincel para aplicarlo).
- Mechero o cerillas (para encender el campingaz y prender el alcohol).


DESARROLLO

Se limpia bien el molde con una brocha o pincel de cerda para eliminar impurezas difícilmente visibles.
Se le aplica con un pincel la mezcla de alcohol de quemar y grafito en polvo, y se prende. Este paso tiene el fin de usar el resto de la disolución para eliminar oxígeno que pueda quedar atrapado, ya que el grafito se compone de carbono que evita la formación del óxido.


Se cierra el molde haciendo coincidir las llaves, y se le coloca la goma de tal forma que no se puedan mover cada parte independientemente.

Se calienta el metal en el cacillo, situando una manta térmica como tapa para conservar mucho mejor el calor en su interior y así alcance antes el punto de fusión del metal.
Cuando ya se haya fundido y esté completamente líquido, se verterá con cuidado en el interior del molde, de tal forma que el aire del interior pueda salir por las salidas, y no suba de repente por el bebedero, con el riesgo de que el metal salte. Este paso, aunque con cuidado, se debe hacer rápidamente, ya que el metal se solidifica a una gran velocidad a temperatura ambiente.

Una vez vertido en el interior, se deja enfriar (la yema de mi dedo índice insiste en ello), y se aparta la goma para separar las dos piezas del molde.
Se separa con unas tenazas la moneda del bebedero y se retoca al gusto: se depuran los cantos para darle bien la forma redondeada, y se puede rayar para devolver el brillo que el grafito le quita.

Las partes sobrantes podrán ser utilizadas para nuevas monedas, pero se debe tener en cuenta que no deben ser demasiadas veces, puesto que se genera escoria, empeorando la calidad del resultado.

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