sábado, 30 de mayo de 2009

EJERCICIO Nº7: Ejercicio final. Fragmento

OBJETIVOS A CUMPLIR:

A partir de un modelo fotográfico y un estudio anatómico, se reproducirá en barro un fragmento del cuerpo, teniendo en cuenta el corte o fractura.


PRINCIPALES PASOS:

Fase de boceteo:
- Búsqueda de fotografías desde diferentes puntos de vista del miembro a representar y realización de bocetos a partir de modelos al natural.
- Dibujar y reproducir en el interior del dibujo la situación del vástago y determinar la forma de la armadura, de modo que el volumen de barro sea mínimo.
- Otros procedimientos.

Fase de elaboración:
- Colocación del vástago en una superficie plana.
- Desarrollo de una armadura eficaz.
- Adición y modelado del barro.
- Toques finales.


DESARROLLO:

Fase de boceteo:

Desde principio de año había trabajado con manos, sobre todo con puños, así que tenía bastante claro que quería aprovechar todo lo que había hecho hasta ese momento. Por lo tanto, mi ejercicio consistiría en un puño izquierdo cerrado (fue el izquierdo y no el derecho porque soy diestro, y mientras trabajo con la derecha puedo observar mi izquierda).
Aprovecharía las fotos que había realizado para el ejercicio extra de cera. En ellos, por medios digitales introduje la armadura y simplifiqué en planos la estructura de la mano.




Decidí también realizar otro tipo de bocetos tridimensionales para no depender de otra persona a la hora de dibujar o fijarme durante la elaboración de la figura. En primer lugar, fijándome en un procedimiento que había en el aula de proyectos escultóricos, e informándome por internet, realicé un pie en primer lugar (para familiarizarme con el procedimiento), y luego una mano, para poder observar volúmenes y dimensiones.


También decidí realizar un molde del puño con alginato (material que no había utilizado hasta entonces), del que posteriormente sacaría un positivo en escayola que me ha acompañado durante todo el ejercicio.


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A partir de un bloque de escayola que encontré tirado, tallé la forma de un puño, esta vez para estudiar los planos y volúmenes que se forman. También para estudiar la posibilidad de rotos de las piedras, que aprovecharía para la figura.




Fase de elaboración:

Comencé con fijar el vástago en la tabla, clavándolo con clavos de modo que se hundan la mitad y para favorecer la sujección, doblándolos hacia un lado, formando una esbástica. Este proceso de la esbástica se realizará también a la hora de fijar los hierros que formarán la armadura del brazo y la mano.

Al principio comencé a realizar la estructura de la armadura de la mano con alambre grueso: desde un lado de la tabla subía por el vástago, formaba el volumen deseado y volvía a bajar. Una vez que tuve eso, me dediqué a intentar formar los volúmenes perpendiculares desde un hierro hasta otro, lo que no era nada efectivo. También incluía alambres finos y otros materiales como porexpán, que a la hora de colocar la maya no serían nada estables, por lo que llegado a este punto, retiré todos los excesos y empecé de nuevo reflexionando un poco más.
Me enseñaron como hacer una buena armadura: siempre se debe partir de la tabla, llegar hasta donde se pretende colocar el volumen, realizarlo, y volver de nuevo a la tabla y clavar en forma de esbástica. Con este proceso la estabilidad y efectividad de la armadura se incrementó notablemente. Únicamente hacía falta fijar los hierros (con alambre fino doble -una vuelta, girar con los alicates y colocarlo donde uno no se lo clave) y serían casi inamovibles, lo que favorecería a la colocación de la maya metálica. Así formaba, ya de paso, el volumen del brazo por lo que en un solo paso había resumido ya casi todo el ejercicio.

Una buena armadura hace que el resto del ejercicio sea únicamente colocar barro y retocarlo.

Se coloca la maya metálica de forma que esté muy tensa, lo que evitaría posibles deformaciones a la hora de colocar el barro sobre ella. Se aprovechan las puntas de los cortes para sujetarla a los hierros y se tira de ella. Si las puntas no son efectivas, se puede atar con alambres finos a los hierros gruesos. Comencé por cubrir el brazo, que era más sencillo. Bastó con una vuelta tensándola con fuerza, pero se deformaron parte de los hierros que determinaban el volumen. Introduje en el interior barro seco recubierto de papel para evitar que se deformara. El papel habría secado el barro de la mano ya que lo habría absorvido, por lo que debería haberlo hecho con un material como el plástico, aunque en este caso no importaba mucho, ya que el volumen de barro no llegaría hasta el punto donde estaba.

Después, el volumen de la mano, que era más complejo. Situé la maya en la parte trasera de la mano y la plegué hacia los dedos y los lados, cerrando así el cuerpo. Realicé el volumen que ocuparía el dedo pulgar con la maya, ya que me era casi imposible haberlo elaborado a partir de alambre grueso, y el fino era demasiado inestable.

Una vez elaborada la armadura, ya podía colocar el barro. Recubrí toda la figura, salvando hierros y puntas indeseados, que tendría que evitar a la hora del modelado.
Gracias al modelo tridimensional, pude observar con más claridad puntos de la mano que no podía verme a mi mismo, aún siendo la izquierda. Podía observar los negros, las formas, las texturas, podía tocarlo sin que supusiera una deformación y sobre todo me había ayudado a conformar la armadura (sobredimensionada), sabiendo de qué punto a qué punto debía ir cada hierro.

El modelado se salvó gracias a la armadura, sólo debía señalar por donde iba cada dedo, cada plano trasero de la mano, los volúmenes más exagerados y los negros más intensos, que realizaría en el retoque final.

La textura, en la que se pudiera observar la elaboración, era similar a la de Rodín, gran referente escultórico. Un tratamiento bruto del material, sin depurar del todo, sólo en las zonas de mayor tensión, como en los nudillos, donde la piel es más fina y el hueso asoma.


Una vez terminado la forma y el tratamiento de la figura, me centré en el corte, que gracias a los "bocetos" en escayola tenía bastante claro: subiría por el antebrazo hacia la mano y en la muñeca se iría más hacia la horizontalidad. La forma sería quebrada, en forma plana y en zig-zag, algo aleatorias según ascendía y descendía con el corte. Lo realicé a partir de estocadas con el palillo liso, y si en algún momento realizaba algún movimiento poco casual, lo disimulaba deformándolo.


Así terminó el ejercicio final: barro, detalle y poca definición a partir de una armadura eficaz.


TRABAJOS EXTRAS AQUÍ

EJERCICIO Nº6: Escultura pública (Proyecto en grupo)

Este ejercicio consiste en la realización de un proyecto en grupo para la sustitución de alguna escultura pública.

La redacción, fotografías, y dibujos ya fueron entregados en su momento.
De requerir algún dato o documento más, remítaseme exigiéndolo.


PLAZA DEL NUEVO ARANJUEZ

jueves, 7 de mayo de 2009

EJERCICIO Nº5: Relieve

OBJETIVOS A CUMPLIR:

Análisis de la tridimensionalidad, la profundidad y el espacio a partir de un plano. El ejercicio consistirá en el desarrollo de un relieve realizado en barro a partir de una fotografía elegida por el alumno, cuyo fin será el adiestramiento óptico en el manejo del espacio y el volumen.
(Fuente: Programación Escultura I, Grupo B)


PRINCIPALES PASOS:

Fase de boceteo:
- Conseguir una fotografía de una arquitectura, en la que se pudiera apreciar la profundidad (en perspectiva cónica).

Fase de elaboración:
- Elaboración de una armadura para el relieve.
- Preparación del barro.
- Desarrollo de la base del relieve.
- Modelado del relieve por adición.


DESARROLLO:

Fase de boceteo:

Mi elección fue una fotografía tomada de la red, sin ningún motivo determinado, únicamente el agrado a primera vista. Busqué, no obstante entre las fotos que tenía en el ordenador, pero no encontré ninguna arquitectura que me conviniese para el ejercicio.




La fotografía elegida me daba ventaja a la hora de llevar a cabo el ejercicio, ya que se tratará de hacer un solo plano que fugue en el lado derecho de la imagen, y luego plegar varios planos perpendiculares a éste, entre el delantero y el que sirve de base. Esto lo explicaré mejor llegado el momento del modelado.



Fase de desarrollo:

Para empezar, se busca una tabla doble, y se coloca de forma paralela a nosotros, a la altura a la que se quiera trabajar. Se clava sobre él un vástago en la parte más alejada que servirá de apoyo a la tabla sobre la que trabajaremos (colocada a 45º). Se clavan también dos clavos una vez colocada la nueva tabla a nuestro gusto, para asegurar que no se deslice y caiga, es decir, que hagan tope. Ahora tenemos superficie sobre la que trabajar.

Preparamos la armadura del relieve, no sin antes cubrir la tabla sobre la que trabajaremos. La madera absorve el agua del barro, por la que deberemos protegerla con una bolsa de plástico (o bolsa de basura, cuyo tamaño será util). Se puede colocar de forma que se aproveche para tapar nuestro trabajo, a modo de "Sabana Santa". Esto es utilizar una bolsa el doble de grande que la tabla, con lo que podremos cubrir el relieve.



La armadura consistirá en una red que partirá de varios clavos, colocados en varios puntos de lo que será la estructura del relieve. Se debe tener en cuenta la altura de los clavos (que no deberá sobrepasar la indicada para el relieve) y su situación con respecto a los límites del relieve. Esto evitará futuros problemas con su visibilidad y, sobre todo, si se decidiera hacer un molde, no será problema desmoldearlo, ya que la escayola no engancharía.
Estos clavos se unirían mediante alambre fino, que irán de uno a otro clavo, formando la susodicha red, sobre la que se enganchará el barro, pues ese es su principal fin.



Una vez hecho esto, nos dispondremos a colocar la base del relieve. Las indicaciones eran que debía ser de unos 25cm, cosa que ya debimos tener en cuenta al realizar la armadura.
Se trata de, una vez amasado bien el barro (para asegurarnos de que no tiene restos de barro cocido, y tiene uniformemente la misma humedad), podemos aplicarlo sobre la red, consiguiendo una superficie lisa sobre la que realizar el relieve. Debe estar bien rematado por los lados y sobre todo por la parte superior, ya que se apreciarán mejor los relieves si se empieza desde cero.

Para encajar el dibujo en la plancha, se imprimirá una foto del tamaño exigido del relieve, se colocará encima de la base de barro, y con un alfiler se perforarán los contornos (se deberá fijar previamente para que no se mueva en ningún momento). Una vez hecho esto, es opcional retirar o no la fotografía, ya que si, en algún momento se pierde el dibujo, se puede volver a recuperar tapando de nuevo con la foto y seguidamente perforarla de nuevo.

Una vez que tenemos el dibujo en el barro, ya se puede empezar añadir barro para sacar los volúmenes. Se colocará el volumen más alto de la imagen para saber de qué margen disponemos para sacar la arquitectura. Al ser un medio-bajorrelieve, el rango de volumen irá desde 0 a 1cm aproximadamente.
Se trabajará primeramente con planos sintetizados que luego se irán haciendo más complejo cuanto más avance el ejercicio.



En esta fase de elaboración se podrá observar la destreza del ejecutor a la hora de simplificar una imagen y representar los espacios y el aire a partir de una imagen en dos dimensiones.
Importante: el cielo, pese a que debería representarse con una progresión hacia afuera (ya que está sobre el espectador), se debe dejar completamente plano para que se observe como el plano más alejado.
Uno consejo para la representación de las nubes es que no se interpreten como un volumen. Se pueden representar a partir de una pequeña presión sobre la superficie plana, con un resultado más satisfactorio.

Siguiendo con el modelo fotográfico, una vez concluida la colocación de los planos más complejos, se le añade las texturas. A la hora de su tratamiento es aconsejable pararse a pensar: en la fotografía puede que las texturas se vean todas por igual, pero en el relieve se debe pensar más como en dibujo, es decir, las texturas que marcaremos más serán las más próximas a nosotros y donde a nosotros nos interese para, por ejemplo, dirigir o evadir la mirada del espectador de una cierta zona (por la adición o por la ausencia).
Yo reproduje la textura de la piedra de la pared mediante el arañado con palillos dentados, que luego borré parcialmente con el dedo.



También la forma de las tejas, k manteniendo una inclinación del palillo, con un extremo o pico, fui presionando de forma rítmica, atendiendo a la profundidad que se me exigía.


Así termina la primera parte de este ejercicio. Se dispondrá posteriormente al vaciado en escayola y el consiguiente positivo en barro, cuyo objetivo será la posibilidad de cocción (este relieve tiene aire en su interior y una armadura de hierro cogida a una tabla, lo que hace imposible su cocción).



NEGATIVO EN ESCAYOLA


Este proceso es semejante al de la medalla, ya que aquel ejercicio consistía en realizar un relieve a menor escala y con otros materiales, pero era más o menos lo mismo.

Lo primero que debemos realizar es un muro de contención con barro, a unos dos dedos alrededor del relieve.

Elaboraremos una masa de escayola (esta vez no se necesitará desmoldeante ya que el material sobre el que vamos a trabajar no se adhiere a la escayola)

Esta parte del proceso consta de dos pasos:
En primer lugar, la masa debe ser muy líquida. A su aplicación sobre el relieve, conseguiremos que se registre mejor los volúmenes, y gracias a los soplidos, podrá llegar mejor a los recobecos, lo que evitará la formación de burbujas.
En segundo lugar, se fabricará una masa más espesa para poder de algún modo "moldearla" según nuestra conveniencia sobre el relieve. Esto es porque al ser un molde tan grande, debemos evitar que unas partes sean mucho más gruesas que otras, ya que por las partes finas, el molde podría quebrar. Por lo tanto, se debe aplicar la escayola de esta manera:


Hay que recordar que entre paso y paso, la escayola debe estar húmeda, ya que de lo contrario no se formará un bloque homogéneo.

Es también necesario que le demos pequeños golpes para asegurarnos de que no quedan burbujas en la escayola, y producir este tipo de problemas futuros que luego habrá que sellar:



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Una vez se haya secado la escayola, bastará con retirarla con cuidado. Si la armadura y el barro del relieve lo enganchamos bien a ésta, no hará falta más que retirarla y se separará sin ningún problema. También cuenta la realización del relieve (si se ha producido algún enganche, signo de que no hemos modelado bien el barro de tal forma que alguna parte no ha quedado totalmente vertical o en talud). Esto deberemos tenerlo en cuenta al sacar el positivo, ya que si el material del que lo hagamos engancha la escayola, se podría quebrar (tanto uno como otro).

Una vez tenemos el negativo en escayola, debemos labarlo bien para eliminar el barro que pueda haber quedado adherido. Para ello utilizaremos una brocha o pincel de cerda, que no dañe el molde, pero sea efectivo.



Llegado a este punto, inspeccionamos el negativo y procederemos al retoque de algún detalle que no haya registrado bien, incluso podemos añadir algo más con lo que no contábamos anteriormente. (*)



POSITIVO DEL RELIEVE POR APRETÓN



Nos disponemos a realizar un positivo del molde del relieve que realizamos, con el fin de poder cocerlo (el relieve modelado primero, tenía aire en su interior, una maya en la que se sujetaba, y estaba clavado a una tabla, por lo que la cocción era imposible).

El proceso del "apretón" consiste en, una vez amasado bien el barro, se va aplicando sobre el negativo en pequeñas porciones, realizando una presión, lo que favorecerá el registro. El objetivo será reproducir correctamente a partir del negativo el relieve en barro, por lo que insisto en que el barro esté bien amasado y se aplique poco a poco, evitando aplicar barro en grandes cantidades de una vez. Se tendrá en cuenta lo mismo que se tuvo al realizar el molde: ninguna parte puede ser mucho más gruesa que otra, ya que se podría quebrar (y también favorece el desalojo de peso en barro innecesario).


Dejamos que el barro seque (no del todo, ya que podría quebrar el molde al menguar de volumen) dejándolo destapado una semana, con un plástico posado por encima para controlar la secación.


Su retiro se realizará, introduciendo una espátula entre el molde y el barro y haciendo un poco de presión hacia el relieve. A continuación, despacio y con cuidado, retiraremos el relieve desde uno de los lados más largos. Si se resiste quiere decir que existe algún enganche y es posible que alguna parte del barro quede en el negativo o, si el barro está seco, parte de la escayola se quiebre.


Ya tenemos nuestro relieve en barro preparado para la cocción, y podemos proceder a retocar pequeños detalles que se hayan perdido con la pérdida de registro, o incluir algún elemento que nos habíamos pasado por alto al retocar el negativo o en algún proceso anterior.

TRABAJO EXTRA AQUÍ

EJERCICIO Nº4: Moneda

OBJETIVOS A CUMPLIR:

Elaboración de una moneda de metal, a partir de un método tradicional de fabricación a partir de un molde.


PRINCIPALES PASOS:

- Fabricación del molde de escayola.
- Tratamiento del molde de escayola.
- Grabado de la imagen deseada en la moneda.
- Fabricación de la moneda.


DESARROLLO

La fabricación del mode de escayola, se divide en dos partes, una por cada tapa.

Se elabora la primera, a partir de un muro de contención de barro, sobre una superficie lisa, plana y horizontal, sobre la que se vierte una masa de escayola (para conocer su elaboración, véase Elaboración de la escayola).
El resultado será una placa (1) de entre 2 y 3 dedos de grosor. Debe ser gruesa para aguantar la dilatación del metal en el interior y que no se quiebre. Para eso debemos asegurarnos que se elabora correctamente la mezcla de la escayola, que no quede muerta.

Una vez tenemos la primera placa, debemos tallar en ella tres huecos en forma triangular o trapezoidal, que producirán un positivo en la placa posterior, que harán que coincidan las partes simétricas en una y en otra (2).
También se debe marcar las otras partes relacionadas con la moneda: en el centro, de un diámetro de una moneda de dos euros, marcaremos con un lápiz o un punzón el círculo que contendrá nuestra moneda (5); con forma de embudo, marcaremos también el bebedero (3), por donde se verterá el metal, que deberá llevar una progresión desde el círculo de la moneda hasta el exterior; y por último las salidas de aire (4), que irán desde la parte superior del círculo de la moneda, a los lados del bebedero. Un sencillo trazo por donde escapará el aire y que permitirá que el hueco donde irá el metal se llene por completo y no deje burbujas de aire.

Una vez hecho esto, hacemos un positivo de esta placa, que formará la otra que necesitamos y donde quedarán plasmados tanto las llaves como las estructuras anteriormente explicadas.
Para ello, formamos un muro de contención con barro, aplicamos el desmoldeante (importante para que no se adhieran una parte de la escayola a otra).
Una vez seco, se retira el muro de contención y se separa con la ayuda de un formón y un martillo, teniendo cuidado de no fracturar ninguna de las llaves. Si se hace correctamente, ya tendremos las dos partes del molde en las que ya sólo nos quedará tallar lo que será la moneda, el bebedero, y marcar bien las salidas de aire.

Para el hueco de la moneda, procuraremos que tengan el mismo diámetro en las dos tapas, ayudándonos de los patrones que anteriormente marcamos (en uno será negativo y otro positivo).
El bebedero, como ya se dijo, será en forma de embudo, con sección todo lo circular o elíptico posible con el fin de que el metal cuele bien. Debemos tener en cuenta que el canal que comunique con el hueco de la moneda, sea más alto que el mismo hueco, ya que no debe haber nada que impida el paso del metal puesto que saldría mal, porque el metal no llegaría correctamente.
Y por último, se deben marcar las salidas de aire en ambas placas, con el fin de la ventilación del hueco de la moneda, para que escape bien el aire.

Ya tenemos el molde de la moneda completo. Solo faltaría tallar el motivo que queremos que aparezca. Se debe tener en cuenta que deberá estar en negativo con el fin de su correcta reproducción en positivo (advertencia que se hizo varias veces, y que algunos ignoraron por completo).

En mi caso, mi motivo fueron dos iniciales (la M por un lado, que me serviría como posible firma si decidiera realizar más de un tipo de moneda; y la L por el otro, una L gótica, junto con una clave de Do).




FUNDICIÓN

El metal utilizado sería una aleación de zinc y estaño, en barras, muy maleable, con un punto de fusión muy bajo (505,08 K).

Para su tratamiento hasta convertirlo en una moneda utilizaremos:
1. Una fuente de calor (Campingaz).
2. Un cacillo para contener el metal.
3. Manta térmica.
4. Una goma fuerte (de cámara de bicicletas o semejante).
5. Grafito en polvo y alcohol de quemar (y un pincel para aplicarlo).
- Mechero o cerillas (para encender el campingaz y prender el alcohol).


DESARROLLO

Se limpia bien el molde con una brocha o pincel de cerda para eliminar impurezas difícilmente visibles.
Se le aplica con un pincel la mezcla de alcohol de quemar y grafito en polvo, y se prende. Este paso tiene el fin de usar el resto de la disolución para eliminar oxígeno que pueda quedar atrapado, ya que el grafito se compone de carbono que evita la formación del óxido.


Se cierra el molde haciendo coincidir las llaves, y se le coloca la goma de tal forma que no se puedan mover cada parte independientemente.

Se calienta el metal en el cacillo, situando una manta térmica como tapa para conservar mucho mejor el calor en su interior y así alcance antes el punto de fusión del metal.
Cuando ya se haya fundido y esté completamente líquido, se verterá con cuidado en el interior del molde, de tal forma que el aire del interior pueda salir por las salidas, y no suba de repente por el bebedero, con el riesgo de que el metal salte. Este paso, aunque con cuidado, se debe hacer rápidamente, ya que el metal se solidifica a una gran velocidad a temperatura ambiente.

Una vez vertido en el interior, se deja enfriar (la yema de mi dedo índice insiste en ello), y se aparta la goma para separar las dos piezas del molde.
Se separa con unas tenazas la moneda del bebedero y se retoca al gusto: se depuran los cantos para darle bien la forma redondeada, y se puede rayar para devolver el brillo que el grafito le quita.

Las partes sobrantes podrán ser utilizadas para nuevas monedas, pero se debe tener en cuenta que no deben ser demasiadas veces, puesto que se genera escoria, empeorando la calidad del resultado.

EJERCICIO Nº3: Medalla

OBJETIVOS A CUMPLIR:

Análisis de la tridimensionalidad, la profundidad y el espacio a partir de un plano. El ejercicio consistirá en el desarrollo de una medalla en bajo-relieve diseñada por el alumno, utilizando como material plastilina Roma (2 o 4), que no supere una dimensión máxima entre 10 y 12cm.
(Fuente: Programación Escultura I, Grupo B)


PRINCIPALES PASOS:

Fase de boceteo:
- Diseño o búsqueda de imágenes que nos interese para realizar la medalla, teniendo en cuenta la composición, el marco, el formato y las diferentes alturas de cada uno de los elementos para alcanzar la ilusión de volumen.

Fase de elaboración:
- Conseguir una superficie no porosa.
- Realización de una base sobre la que colocar el volumen.
- Elaborar el volumen a partir de la base.
- Retoque final y depuración.


DESARROLLO

Fase de boceteo:

Preferí optar por hacer mi propio diseño de la medalla a tener que utilizar como modelo una fotografía, con lo que tendría una obra inédita mía.
Me basé en una de las imágenes de la clase teórica, la medalla de Leda y el cisne, en la imagen del reverso, en la que se mostraba un cuerpo encogido de bruces al espectador. Pensé que podía componer otro cuerpo en postura fetal, y que sus curvas siguieran un movimiento que me resolviera la composición, en un formato circular, posiblemente enmarcado, cosa que decidiría en el desarrollo de la medalla.
Intenté añadirle más elementos que marcaran una línea firme en la figura, pero decidí prescindir de ella, y que todo el cuerpo ocupara todo el marco.


Fase de desarrollo:

Una de los principales problemas fue hacerme con el material que debíamos utilizar, ya que vivir lejos de Madrid y depender de otras personas hace que pierda el control sobre este tipo de cosas.
Pasé una semana diseñando, por este motivo, la medalla, hasta que conseguí que me prestaran lo suficiente para realizarla.

Me hice con un azulejo para utilizarlo con la base, cuyas dimensiones y peso me permitían transportarlo y trabajar con comodidad.

Antes de nada teníamos que fabricarnos nuestras propias herramientas, a partir de bolillos, ya que la madera de boj es dura, aunque permite una talla fácil en pequeño formato.



Una vez, disponiendo del material, con los instrumentos y con la base sobre la que se trabajará, se puede comenzar la medalla.

Al contrario que la gente, yo opté por una realización más sencilla de la base. Los demás se esforzaban por poner una base de plastilina totalmente lisa y plana y a partir de ella trabajarían los volúmenes. De este modo, se esforzaban demasiado, ya que si utilizaban una plastilina dura, la tarea se podía alargar horas incluso, cosa improductiva, ya que al subir el volumen, dejaría de ser plana. Subían el plano un par de milímetros, que debían ser exactos en toda la superficie.
Yo, en cambio, fui poniendo pequeños trozos de plastilina, lo mínimo para que se cubriera toda la superficie en la que trabajaría, alcanzando las dimensiones que quería, pero sin preocuparme de las irregularidades sobre las que colocaría el volumen una vez dibujado.


Cada vez fui poniendo una cantidad mayor de plastilina, convocando los volúmenes que deseaba que tuviera (más volumen en la parte alta de la espalda, que luego se iría redondeando para perderse al fondo por la parte inferior, y esconderse detrás de la pierna en la parte superior). Las piernas, que siguen el recorrido del cuerpo, tendrían una progresión a menos cuanto más cerca del pie, como si se alejara, y la cabeza sería un volumen a parte, redondeado, en el cual dudaba si tendría algún tipo de textura, pero desecharía la idea.
También opté por realizarle el marco redondo alrededor de la figura, ya que necesitaba de algo que lo unificara por todas partes, sobre todo porque el fondo de la medalla se dejaría ver por distintas partes de la composición, pero no tenían ninguna relación entre ellas. Lo hice a su vez para que, en un contexto más de significado, la figura estuviera encerrada y comprimida, obligada a mantener esa posición.


La depuración y el retoque final me llevó más de un par de semanas (las que el ejercicio se alargó, porque a los demás no les daba tiempo). Yo ya había terminado, y de hecho, realicé un diseño tan sencillo para ajustarme bien al tiempo estipulado para el ejercicio. El resultado de todo esto es que los demás compañeros eligen algo mucho más complejo teniendo un corto periodo, se decide alargar el tiempo, al que lo ha elegido sencillo le sobra tiempo, pero da la sensación de que ha trabajado menos, pero sólo intentaba ajustarse bien.
Corregí las formas, utilizando el brillo de la plastilina, además del tacto, para poder averiguar las irregularidades que debería tapar. Este es uno de los pasos más difíciles: conseguir dejarlo totalmente liso. Un remedio al que se puede recurrir es a su corrección en el molde negativo de la medalla en escayola, pero este será un paso posterior que aún no conocíamos.
Una vez bien depurado, introduje textura en lo que sería el "fondo" de la medalla. Corté trozos de mosquitera, los coloqué en su sitio correspondiente e hice presión para dejar la huella de la cuadrícula. La medalla cobró un poco más de interés con la distinción del plano inferior y superior.




Así concluía la primera parte del ejercicio de la medalla.






POSITIVO DE LA MEDALLA EN ESCAYOLA

Una vez realizada la medalla, se procedería a la realización del molde en negativo con escayola, para la reproducción del positivo con el mismo material.

El proceso sigue los siguientes pasos:
- Realización de un muro de contención de barro alrededor de la medalla.
- Elaboración de la masa de escayola (primero muy líquida y luego más espesa).
- Verter la primera capa de escayola muy líquida, e ir soplando según cae sobre la medalla para conseguir que llegue a todos los huecos de la imagen.
- Verter una segunda capa más espesa.
- Golpear la base donde se esté realizando para que el posible aire que haya quedado en la escayola, salga.

Desarrollo:

Para realizar el muro de contención se utilizará barro (también se puede realizar con plastilina o cualquier material moldeable), que se colocará a 1cm o 1'50cm de distancia de la medalla. Será una pared vertical en la parte interior, y en talud en la parte exterior para evitar su modificación al verter la escayola. Se debe comprobar su uniformidad y que su base se fije bien a la superficie.

En la elaboración de la masa de escayola, se echará agua en un recipiente en el que se pueda trabajar cómodamente. Al echar la escayola, tendremos en cuenta que no forme grumos. Para ello, se deberá coger del saco arañando con los dedos, cogiéndola como si nuestra mano fuera una cuchara y espolvorear en el agua poco a poco. La cantidad óptima de escayola será cuando en el agua se empiecen a formar "islas", es decir, que hay suficiente cantidad de soluto en la disolución. Se batirá introduciendo la mano y moviéndolo de derecha a izquierda y viceversa, y cerrando el puño para mezclarlo bien. Una vez llegado a este punto, la introducción de más escayola estropearía la masa que ya está hecha.

Se comienza a verter en la medalla, asegurándonos de que está lo suficientemente líquida como para poder extenderlo a base de soplidos, llegando a todos los recovecos que pudiera tener la imagen. Así es como se aplica la primera capa, la que registrará el relieve en el molde.
Se prosigue con la aplicación de la segunda capa, alcanzando un grosor de unos tres dedos de altura, cosa que debíamos tener en cuenta cuando realizamos el muro de contención.

Se deja secar (el tiempo variará según la proporción de agua y escayola, aunque suele ser alrededor de 25 o 30 minutos).
Una vez endurecido, se retira el muro, y con la ayuda de un formón, se retira el molde de la medalla.

Con el molde una vez en nuestro poder, podemos proseguir a la realización del positivo en escayola.

Se sitúa el molde en una superficie plana horizontal. Se realiza alrededor del molde un muro de contención, igual al que se hizo al comienzo del proceso con la medalla, pero sin la necesidad de dejar un espacio entre muro y molde, ya que se llenaría de escayola y posiblemente fuera imposible su desmoldeamiento.
Se elabora desmoldeante (cuyo fin es evitar la adhesión entre nuevas capas de escayola), a partir de agua, aceite y jabón lagarto, es decir, una mezcla grasa. Se aplica sobre la superficie y los lados del molde, con la ayuda de un pincel para que la solución llegue a todos sitios. En el proceso anterior no era necesario este paso, ya que la plastilina no se adhiere a la escayola y es fácil separar una de otra.

Una vez hecho esto, se seguirá el mismo proceso de verter la escayola: la primera muy líquida, soplando para su correcto registro, y la segunda más espesa. No será necesario que sea tan gruesa como la otra, con un par de dedos será suficiente.



Para terminar, se retocará cualquier imperfección del resultado, y con una escofina, se depurarán los bordes exteriores de la pieza, resultado del registro de las irregularidades del muro de barro.




TRABAJO EXTRA AQUÍ

EJERCICIO Nº2: Animal de cera

OBJETIVOS A CUMPLIR:

A partir de bocetos y fotografías del natural se hará el modelado en cera directa de un animal de pequeño formato.

(Fuente: Programación Escultura I, Grupo B)


PRINCIPALES PASOS:

Fase de boceteo:
- Conseguir la imagen del animal desde diferentes puntos de vista para facilitar la tarea de recomponer en tres dimensiones. No se podía, pues, utilizar una escultura del animal como modelo directo.
- Estudio de la estructura y los pasos que se piensan seguir a la hora de su construcción con el material.

Fase de elaboración:
- Preparación de la cera.
- Ensayo con la cera.
- Reproducción del animal.


DESARROLLO:

El ejercicio (programado) consistiría en la reproducción de una cabeza de un animal en barro, de pequeño volumen, para lo que sería necesario elaborar una estructura que sirviera de armazón para la cabeza.
Cambió el objetivo del ejercicio: debíamos reproducir un animal de cuerpo entero, cuyo tamaño, se nos indicó, sería aproximadamente de la palma de la mano, con un material completamente nuevo, la cera.

Fase de boceteo:

Lo primero era buscar un animal que me agradara. Yo escogí el toro, que era bastante localizable y creía que tendría pocos problemas a la hora de realizarlo. Además había buscado ya fotos cuando se formuló el ejercicio por primera vez.
Busqué en primer lugar en Internet, encontré estas dos fotos y las imprimí.






Cuando se formuló el nuevo ejercicio, no pude disponer de ellas, ya que sólo eran de cabezas, así que decidí hacerme un boceto para poder seguir más o menos una estructura de comienzo.



También utilicé fotos, a parte de las de Internet, hechas por mí en las fiestas de Yepes, con el toro de bruces, para poder ver la parte posterior, imagen que no me ofrecerían fácilmente por la red.





Fase de elaboración:

Preparación de la cera:
Para trabajar cómodamente con la cera, era necesario hacerlo a partir de planchas finas, de aproximadamente un centímetro o menos, de los que se podrían desprender láminas o fragmentos pequeños para irlos adheriendo a la figura.


La cera es un material que se trabaja frío, con la herramienta muy caliente por lo que para trabajar con este material es necesario:
- Una fuente de calor para calentar la cera o la herramienta
- Herramientas de hierro o metal
- Agua para enfriar la cera



La fuente de calor que usamos en la universidad era un hornillo eléctrico, con una escala de calor de 0 a 6, con dos platos con sus correspondientes mandos.
La que utilicé en mi casa fue una sandwichera, con 4 grados de calor (el 4º, para pescados y carnes rojas, era el que utilizaba).

Las herramientas metálicas utilizadas, fueron elaboradas por nosotros mismos a partir de alambre grueso de ferralla de medio centímetro de grosor, con una longitud aproximada de 15cm.
Debíamos aplanar los extremos a base de martillazos no perpendiculares al metal, sino que siguieran una parábola hacia el final de lo que sería la herramienta. Una vez plano, lo adaptaríamos a nuestras necesidades con la forma que deseamos, gracias a la piedra de lijar, en la que no se colocaría de forma perpendicular, sino siguiendo el movimiento de la piedra, ya que se corre el riesgo de que la herramienta salga despedida. Es aconsejable la utilización de gafas de protección y guantes en la utilización de la piedra, y un recipiente con agua, para evitar el sobrecalentamiento de la pieza que estamos elaborando, la cual refrescaremos constantemente.
Yo realicé dos herramientas (de las cuales tengo imágenes de una sola):
La primera, en un extremo tiene forma de lanza, y en el otro es plano.
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Y la segunda, tenía forma de gancho o de C, y en el otro extremo era redondeado (Montaje, herramienta extraviada).
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Se pueden usar también cualquier tipo de instrumento metálico que sea estable a altas temperaturas.

Y por último, el agua, que sirve para enfriar la cera, ya que esta debe estar fría para que no sufra deformaciones involuntarias y poder trabajar con comodidad.


Una vez explicados los utensilios necesarios para trabajar este material, continúo con el proceso de elaboración de las planchas de cera.


En primer lugar, se debe partir el bloque de cera que se nos proporciona en la tienda. Con esto conseguiremos que la cera pueda caber en un recipiente donde se calentará hasta que se haga líquida. En su calentamiento se debe estar pendiente de que se mueva constantemente, ya que si se calienta demasiado e intenta evaporarse desde abajo, pueden producirse burbujas que hacen que la cera pueda saltar.





Se protege la mesa con bolsas de plástico para no correr el riesgo de mancharla.
Disponemos unos listones, elaborando una barricada la cual contendrá las planchas de cera. Forramos con papel albal el recinto que hemos realizado, procurando que no se haya roto por ningún lado y que se adapte bien a la forma.
Una ver hecho esto, le aplicamos al papel aceite, para facilitar el desmoldeamiento de la cera y el papel (aunque una vez hice la prueba de no ponerlo, o más bien cometí el error, y tampoco se quitaba mal, pero es aconsejable hacerlo).
Se vierte la cera caliente sobre el papel de forma que quede una capa uniforme del grosor indicado anteriormente (1cm aproximadamente o menos)
Se dejará que se solidifique, se desmoldeará y se hechará en el agua para que se enfríe, teniendo en cuenta darles la vuelta en un momento dado, si no caben en el recipiente de agua.
El resultado serán unas planchas de cera que permitirán su fácil utilización y fragmentación según las vayamos necesitando, y fáciles de repartir entre los compañeros, si se ha comprado el bloque con ellos.









Ensayo con la cera:

Como era de esperar, fue desesperante. Requería de paciencia, cosa que pocos tenemos, y lógica. Debíamos esperar a que la herramienta se calentase, luego colocar los dos trozos de cera a nuestro gusto, soldarlos entre sí, más tarde darles puntos de soldadura con otros trozos y por último meter en el agua, cosa que poca gente hacía, centrandose sólo en el hornillo y su pieza.
Otro método de trabajo era, directamente el recipiente donde se calentaba la cera líquida, se hechaba en el agua, y mientras se iba enfriando, se podía modelar con las manos.

Reproducción del animal:

Como ya he dicho, el primer día utilicé un boceto rápido donde presentaba la estructura básica del perfil de un toro.
Comencé por realizar un cilindro para el cuerpo, utilizando un trozo rectangular de una de las planchas, cerrándolo por dos de sus lados.
Luego le adherí lo que sería la estructura de la cabeza y la parte superior del cuello, o giba.
Cuando llegué a casa, intenté utilizar una vela como fuente de calor, pero la cera se quemaba y se ennegrecía, así que decidí dejar el trabajo para clase, hasta que se me ocurrió que podía utilizar la sandwichera, ya que no se usaba.

Uno de los principales problemas de esta fase, a parte de cerrar la plancha en un tramo tan largo, fue tapar cada uno de los extremos que se quedaron abiertos. Finalmente pude hacerlo y adaptarlo a la forma del toro.



Con la utilización de fotografías en lugar de dibujos, pude observar mejor las proporciones, movimientos y ritmos posibles, y comparar las imágenes con la pieza que estaba elaborando.
Además, la comodidad de trabajar en casa, sin el estrés que produce estar codo con codo con cinco compañeros que te invaden o te imposibilitan llegar al hornillo o utilizar el agua, me hizo adelantar mucho el trabajo. Me daba la oportunidad de llegar bien a todo y utilizarlo correctamente. Y sobre todo no había gente que acercaba directamente la pieza de cera al plato del hornillo, saltando la cera a sitios colindantes, para intentar soldar una pieza y que luego no lo consigan porque no enfrían la cera.

Poco a poco, el toro iba cogiendo forma. Comencé desde la cabeza y luego los miembros desde el inicio de las extremidades. Aunque sólo tenía una sola vista de perfil, el conocimiento y la elaboración de la anatomía del toro me permitía imaginarme la vista posterior de la imagen.


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La cera, además, me proporcionaba la textura que deseaba: rugosa, que se notase la huella de la herramienta, como en la escultura de Rodin.
Tal vez, la parte más difícil con la que me enfrenté fue la adición de la papada, y la forma del vientre, ya que debía eliminar cera, pero no sabía que grosor podía tener, pasándome al interior de la pieza en alguna ocasión. También porque no conseguía soldarlo totalmente, y cuando lo metía en agua se desprendía. Pero al final pude hacerlo correctamente.



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Ya me metí en los detalles: orejas, patas (situando los puntos de enganche donde soldaría las piezas independientes)...






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Quería conseguir algún movimiento, que no fuera la plancha cilíndrica del principio, por lo que pude producir un giro de la cabeza en su modelado, y un giro del cuerpo, que junto con las piernas levantadas y en movimiento, adoptaba la posición de estar corriendo. (Hay una foto que colocaré a la conclusión del ejercicio que me gusta especialmente, porque parece que lleva rato en carrera y viene hacia nosotros)



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Por último, le coloque los cuernos y el rabo (adherido al cuerpo para no tener los problemas que con las patas, totalmente exentas y sin una armadura, con el fin de posibilitar la fundición en caso de realizarla, aunque se me informó de un tipo de alambre combustible, pero era demasiado tarde). Los cuernos los realizaría a parte, y luego los uniría según la altura y posición en la fotografía.



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Una vez el ejercicio terminado, fotografié sus diferentes vistas. De ellas, la que más me gustó fue esta:

Se me presentaron dos posibilidades, la fundición, para la que mi pieza era apta; o aplicarle una pátina, con lo que conseguiría el efecto de bronce. Espero aún la primera opción (mucho más atractiva), buscando lugares donde poder llevarlo a cabo. Pregunté en una joyería, y se me proporcionó una dirección y un teléfono, pero me dijeron cuando llamé, que se utilizaban unos cilindros que no sabía si alcanzaría el diámetro de mi pieza, por lo que continúa la búsqueda.