jueves, 7 de mayo de 2009

EJERCICIO Nº3: Medalla

OBJETIVOS A CUMPLIR:

Análisis de la tridimensionalidad, la profundidad y el espacio a partir de un plano. El ejercicio consistirá en el desarrollo de una medalla en bajo-relieve diseñada por el alumno, utilizando como material plastilina Roma (2 o 4), que no supere una dimensión máxima entre 10 y 12cm.
(Fuente: Programación Escultura I, Grupo B)


PRINCIPALES PASOS:

Fase de boceteo:
- Diseño o búsqueda de imágenes que nos interese para realizar la medalla, teniendo en cuenta la composición, el marco, el formato y las diferentes alturas de cada uno de los elementos para alcanzar la ilusión de volumen.

Fase de elaboración:
- Conseguir una superficie no porosa.
- Realización de una base sobre la que colocar el volumen.
- Elaborar el volumen a partir de la base.
- Retoque final y depuración.


DESARROLLO

Fase de boceteo:

Preferí optar por hacer mi propio diseño de la medalla a tener que utilizar como modelo una fotografía, con lo que tendría una obra inédita mía.
Me basé en una de las imágenes de la clase teórica, la medalla de Leda y el cisne, en la imagen del reverso, en la que se mostraba un cuerpo encogido de bruces al espectador. Pensé que podía componer otro cuerpo en postura fetal, y que sus curvas siguieran un movimiento que me resolviera la composición, en un formato circular, posiblemente enmarcado, cosa que decidiría en el desarrollo de la medalla.
Intenté añadirle más elementos que marcaran una línea firme en la figura, pero decidí prescindir de ella, y que todo el cuerpo ocupara todo el marco.


Fase de desarrollo:

Una de los principales problemas fue hacerme con el material que debíamos utilizar, ya que vivir lejos de Madrid y depender de otras personas hace que pierda el control sobre este tipo de cosas.
Pasé una semana diseñando, por este motivo, la medalla, hasta que conseguí que me prestaran lo suficiente para realizarla.

Me hice con un azulejo para utilizarlo con la base, cuyas dimensiones y peso me permitían transportarlo y trabajar con comodidad.

Antes de nada teníamos que fabricarnos nuestras propias herramientas, a partir de bolillos, ya que la madera de boj es dura, aunque permite una talla fácil en pequeño formato.



Una vez, disponiendo del material, con los instrumentos y con la base sobre la que se trabajará, se puede comenzar la medalla.

Al contrario que la gente, yo opté por una realización más sencilla de la base. Los demás se esforzaban por poner una base de plastilina totalmente lisa y plana y a partir de ella trabajarían los volúmenes. De este modo, se esforzaban demasiado, ya que si utilizaban una plastilina dura, la tarea se podía alargar horas incluso, cosa improductiva, ya que al subir el volumen, dejaría de ser plana. Subían el plano un par de milímetros, que debían ser exactos en toda la superficie.
Yo, en cambio, fui poniendo pequeños trozos de plastilina, lo mínimo para que se cubriera toda la superficie en la que trabajaría, alcanzando las dimensiones que quería, pero sin preocuparme de las irregularidades sobre las que colocaría el volumen una vez dibujado.


Cada vez fui poniendo una cantidad mayor de plastilina, convocando los volúmenes que deseaba que tuviera (más volumen en la parte alta de la espalda, que luego se iría redondeando para perderse al fondo por la parte inferior, y esconderse detrás de la pierna en la parte superior). Las piernas, que siguen el recorrido del cuerpo, tendrían una progresión a menos cuanto más cerca del pie, como si se alejara, y la cabeza sería un volumen a parte, redondeado, en el cual dudaba si tendría algún tipo de textura, pero desecharía la idea.
También opté por realizarle el marco redondo alrededor de la figura, ya que necesitaba de algo que lo unificara por todas partes, sobre todo porque el fondo de la medalla se dejaría ver por distintas partes de la composición, pero no tenían ninguna relación entre ellas. Lo hice a su vez para que, en un contexto más de significado, la figura estuviera encerrada y comprimida, obligada a mantener esa posición.


La depuración y el retoque final me llevó más de un par de semanas (las que el ejercicio se alargó, porque a los demás no les daba tiempo). Yo ya había terminado, y de hecho, realicé un diseño tan sencillo para ajustarme bien al tiempo estipulado para el ejercicio. El resultado de todo esto es que los demás compañeros eligen algo mucho más complejo teniendo un corto periodo, se decide alargar el tiempo, al que lo ha elegido sencillo le sobra tiempo, pero da la sensación de que ha trabajado menos, pero sólo intentaba ajustarse bien.
Corregí las formas, utilizando el brillo de la plastilina, además del tacto, para poder averiguar las irregularidades que debería tapar. Este es uno de los pasos más difíciles: conseguir dejarlo totalmente liso. Un remedio al que se puede recurrir es a su corrección en el molde negativo de la medalla en escayola, pero este será un paso posterior que aún no conocíamos.
Una vez bien depurado, introduje textura en lo que sería el "fondo" de la medalla. Corté trozos de mosquitera, los coloqué en su sitio correspondiente e hice presión para dejar la huella de la cuadrícula. La medalla cobró un poco más de interés con la distinción del plano inferior y superior.




Así concluía la primera parte del ejercicio de la medalla.






POSITIVO DE LA MEDALLA EN ESCAYOLA

Una vez realizada la medalla, se procedería a la realización del molde en negativo con escayola, para la reproducción del positivo con el mismo material.

El proceso sigue los siguientes pasos:
- Realización de un muro de contención de barro alrededor de la medalla.
- Elaboración de la masa de escayola (primero muy líquida y luego más espesa).
- Verter la primera capa de escayola muy líquida, e ir soplando según cae sobre la medalla para conseguir que llegue a todos los huecos de la imagen.
- Verter una segunda capa más espesa.
- Golpear la base donde se esté realizando para que el posible aire que haya quedado en la escayola, salga.

Desarrollo:

Para realizar el muro de contención se utilizará barro (también se puede realizar con plastilina o cualquier material moldeable), que se colocará a 1cm o 1'50cm de distancia de la medalla. Será una pared vertical en la parte interior, y en talud en la parte exterior para evitar su modificación al verter la escayola. Se debe comprobar su uniformidad y que su base se fije bien a la superficie.

En la elaboración de la masa de escayola, se echará agua en un recipiente en el que se pueda trabajar cómodamente. Al echar la escayola, tendremos en cuenta que no forme grumos. Para ello, se deberá coger del saco arañando con los dedos, cogiéndola como si nuestra mano fuera una cuchara y espolvorear en el agua poco a poco. La cantidad óptima de escayola será cuando en el agua se empiecen a formar "islas", es decir, que hay suficiente cantidad de soluto en la disolución. Se batirá introduciendo la mano y moviéndolo de derecha a izquierda y viceversa, y cerrando el puño para mezclarlo bien. Una vez llegado a este punto, la introducción de más escayola estropearía la masa que ya está hecha.

Se comienza a verter en la medalla, asegurándonos de que está lo suficientemente líquida como para poder extenderlo a base de soplidos, llegando a todos los recovecos que pudiera tener la imagen. Así es como se aplica la primera capa, la que registrará el relieve en el molde.
Se prosigue con la aplicación de la segunda capa, alcanzando un grosor de unos tres dedos de altura, cosa que debíamos tener en cuenta cuando realizamos el muro de contención.

Se deja secar (el tiempo variará según la proporción de agua y escayola, aunque suele ser alrededor de 25 o 30 minutos).
Una vez endurecido, se retira el muro, y con la ayuda de un formón, se retira el molde de la medalla.

Con el molde una vez en nuestro poder, podemos proseguir a la realización del positivo en escayola.

Se sitúa el molde en una superficie plana horizontal. Se realiza alrededor del molde un muro de contención, igual al que se hizo al comienzo del proceso con la medalla, pero sin la necesidad de dejar un espacio entre muro y molde, ya que se llenaría de escayola y posiblemente fuera imposible su desmoldeamiento.
Se elabora desmoldeante (cuyo fin es evitar la adhesión entre nuevas capas de escayola), a partir de agua, aceite y jabón lagarto, es decir, una mezcla grasa. Se aplica sobre la superficie y los lados del molde, con la ayuda de un pincel para que la solución llegue a todos sitios. En el proceso anterior no era necesario este paso, ya que la plastilina no se adhiere a la escayola y es fácil separar una de otra.

Una vez hecho esto, se seguirá el mismo proceso de verter la escayola: la primera muy líquida, soplando para su correcto registro, y la segunda más espesa. No será necesario que sea tan gruesa como la otra, con un par de dedos será suficiente.



Para terminar, se retocará cualquier imperfección del resultado, y con una escofina, se depurarán los bordes exteriores de la pieza, resultado del registro de las irregularidades del muro de barro.




TRABAJO EXTRA AQUÍ

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